jueves, 6 de junio de 2013

No es Asunto de Magia / Ley de la atracción

Por Bernardo Villar



Qué bonito nos venden ese tan popular producto, La Ley de la Atracción: Nada más quiere algo con todas tus ganas y siéntate a esperar a que llegue...

Y yo, que me encanta la comodidad y vivo sin tomar responsabilidad de mis resultados, pues encantado. Nomás me enfoco en querer algo mucho, mucho, mucho, y ya está. El universo (todo y todos los que no sean YO) se va a encargar de darme gusto...

Pasé toda mi adolescencia enamorado de una chica. En serio, me encantaba. Pensaba todo el tiempo en ella, la dibujaba, la veía, la imaginaba todo el tiempo... me veía con ella... ya saben, todo un trabajo de visualización. Y NUNCA LE HABLÉ. -¿No se supone que no requiero tomar acción y el universo me la tenía que presentar?

Pues el universo jamás movió un dedo por darme gusto. Terminó andando con otro cuate todo el bachillerato.

Los Porsche me gustan. Pero me encantan. Me vuelven loco. Tengo fotos de ellos, me veo en ellos, sueño con ellos. ¿Que creen? El universo no me lo ha regalado.

¡Porque NO FUNCIONA ASÍ!

La visualización de las metas, tener claro qué es lo que quiero y de verdad desearlo es sin duda una parte fundamental de conseguirlo, sin embargo requiero tomar acción. Mi deseo por tener lo que quiero debe ser tan poderoso como para ponerme en marcha y ser quien daba ser y tomar las acciones que se requieran para conseguirlo. Las posibilidades de que el azar se encargue de todo existe, seguramente, aunque la probabilidad es sumamente baja. Si va a ser... ¿de quién depende? ¿De mi o del universo?

Y por supuesto habrá quien me dirá que cosas así le han pasado: querer algo desde hace mucho y de pronto conseguirlo, estar pensando en alguien y de pronto encontrártelo...

Y si, debo admitir que estas cosas de pronto pasan. Me ha pasado a mi también. Sin embargo son muchas más las veces que no me encuentro a alguien con quien quisiera platicar que aquellas que ocurren de otro modo... Y sobre todo, hagamos a un lado nuestra fascinación cultural por la magia y los milagros y pensemos: ¿de verdad no hice nada distinto por conseguir aquello que había querido durante tanto tiempo? ¿Honestamente solo me senté a esperar?

Dejar todo al universo, dios o el azar es la respuesta a todos los males de la víctima:  "Si dios quiere, iré a la fiesta", "Si los astros se alinean y de algún modo (nótese la vaguedad) me llega el dinero, compraré tal o cual cosa"... Y así tengo la mejor excusa para los resultados que no me satisfacen: "Ya estaría de dios," "No hubo suerte," "Si no llegó es que no era para mi," "Si estaba destinado para mi, algún día estaremos juntos...." "dios sabe lo que es mejor para mi... "

La distinción entre estar contento con tu vida y ser feliz pasa por el conformismo, la cobardía y la apatía disfrazadas

Mejor ponte metas y comienza a tomar acción sin parar hasta conseguirlas.

¿Tu qué piensas?

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