lunes, 24 de junio de 2013

¿Quién es UNO? - La CORRIENTE

Por Bernardo Villar



Uno hace tal cosa, uno piensa tal otra, uno siente esto, uno hace aquello.... ¿Quién? UNO

OK, ¿quién es UNO?

Uno es en el lenguaje un modo de referirse a mi mismo, pero al mismo tiempo a todos los demás. El UNO es ese YO inmenso, múltiple y anónimo que dicta cada aspecto de mi vida: Cómo debo sentir, actuar, reaccionar, pensar, qué debo creer, qué puedo hacer, qué posibilidades hay para mi, etc.

Es ese UNO lo que aprendemos sin que nadie nos lo enseñe pues existimos dentro de él. Son reglas no escritas que sin embargo todos sabemos, es nuestra programación social básica sobre la cual creamos nuestra vida y nuestras relaciones. Y existe porque es útil para la coexistencia en grupo.

Así sabemos que UNO no roba, UNO no miente, UNO no mata. Sabemos de algún modo que cuando alguien muere UNO debe sentirse triste, que cuando a UNO lo engañan, UNO se enoja; que cuando se siente atacado, UNO se defiende, etc...

Util, sin duda, y sin embargo no somos nosotros quienes usamos al UNO sino que somos usados por él. Lo tenemos tan insertado en nuestra idea de quienes somos y de como son las cosas que no podemos imaginar otra opción y sin darnos cuenta, sin elegirlo, somos esclavos del UNO.

En estos tiempos en los que los medios masivos de comunicación campean, poco a poco han añadido a ese UNO creencias menos esenciales y de mayor riesgo. Hoy usamos la ropa que todos usan, compramos lo que todos compran, pensamos lo que todos piensan, votamos por los que todos votan, opinamos lo que todos opinan, etc. Es decir, estamos siendo bombardeados por instrucciones de cómo actuar, pensar, gastar, reaccionar, etc. que responden menos a necesidades de relación social que a intereses de grupos específicos que han logrado insertar, como un virus, estas nuevas instrucciones en el inconsciente colectivo (y lo hacen cada vez que cambia la moda, cada vez que hay nuevas elecciones, etc).

Es en este UNO, en este inconsciente colectivo adulterado donde nos acogemos para escapar de la responsabilidad de existir. Decidir no es necesario puesto que todas las respuestas ya me han sido dadas de antemano en este UNO. Así, entregamos la responsabilidad de nuestra existencia al mundo exterior, y bajo esta postura, nos convertimos en víctimas.

Ese UNO, ese modo en que las cosas se hacen, está en constante movimiento como una CORRIENTE y nos arrastra sin darnos cuenta. Es esa la CORRIENTE  a la que nos referimos en transformación y que nos lleva a vivir una vida inauténtica en la que no nos atrevemos a elegir y opinar de un modo distinto a los demás, porque esa CORRIENTE, ese UNO es despiadado y nos hace pagar precios altos por atrevernos a vivir una existencia auténtica.

Y tan apegados estamos a vivir dentro de ese UNO, dentro de esa CORRIENTE, que nos vemos frecuentemente construyendo corrientes nuevas aun dentro de los grupos de transformación, creando dogmas de cómo debe verse o vivirse desde una plataforma transformacional. Una corriente alternativa que nos invita a refugiarnos en ella una vez más para evitar toda responsabilidad personal.

La existencia auténtica se logra cuando PARAS esa carrera loca en la que te arrastra el UNO, MIRAS dónde estás y dónde quieres estar, ELIGES tu, no el UNO, la posibilidad en la cual vas convertir y luego TOMAS ACCIÓN congruente y comprometida con esa posibilidad, es decir, tomas la postura de que mediante esa acción tu existencia tiene sentido y hace una diferencia en el mundo.

Concluyendo, el UNO (la manera en que las cosas tienen que ser) existirá siempre y siempre nos arrastrará como una CORRIENTE. Es solo mediante la elección consciente de una posibilidad y el compromiso con esa decisión  que nos paramos en el mundo en una postura de autenticidad.



martes, 18 de junio de 2013

Sobre la autenticidad.

Por Bernardo Villar




El ser humano no es un ser determinado, como una piedra que siempre será una piedra. El ser humano es un ser hacia el futuro, hacia la posibilidad. Un ser humano está formado por el sin fin de posibilidades que están a su alcance. El humano es un ser que puede tomar decisiones sobre lo que hará a continuación; lo que espera del futuro.

Así, yo puedo elegir dejar de pronto de escribir este post, o puedo levantarme y hacerme un café, o salir a correr a la calle, o ponerme a platicar con mi hijo, y así hasta el infinito. Y detrás de cada posibilidad existe una posibilidad siempre presente: la muerte.

Puedo elegir hacerme un café y morir haciéndomelo, puedo salir a correr y morir, dejar de escribir y morir, continuar escribiendo y morir, etc. La muerte es la posibilidad que siempre nos acompaña inexorablemente.

La consciencia de esta posibilidad de enfrentar la nada, la posibilidad de dejar de SER, normalmente produce desazón en el hombre que muchas veces prefiere pensar que la muerte es algo que le pasa a otra gente menos a él, y actúa como si fuera a vivir por siempre, pensando que tiene todo el tiempo del mundo y postergando, refugiado en el colectivo anónimo del UNO, es decir, lo-que-uno-hace. Y a este colectivo anónimo le otorgamos el poder de pensar y decidir por nosotros.

Así escuchamos la música que está de moda, usamos la ropa que está de moda, tomamos como nuestras la opiniones que están de moda sobre temas que están de moda. Nos sumergimos en una CORRIENTE que nos arrastra hacia donde esa corriente decide. Creemos lo que está bien visto creer, hacemos lo que está bien visto hacer, opinamos lo que está bien visto opinar, acogidos por una zona cómoda en la cual no es necesario pensar, no es necesario decidir: todo está pensado, todo está decidido por otros de antemano. A este tipo de existencia, albergada en ese UNO anónimo, la llamamos INAUTÉNTICA.

Es solo cuando el ser humano acepta su existencia hacia la muerte que está en posibilidad de elegir algo distinto. Cuando acepta que en cualquier momento puede (y va) a morir, puede elegir tomar una postura distinta y hacer que el tiempo que le quede, mucho o poco, no lo sabe, sea una diferencia. Cuando está consciente de que inevitablemente morirá, pierde el sentido pretender que vivirá por siempre y cada momento que le quede será valioso. Así da un paso fuera del UNO, del anonimato y puede expresar su opinión, sin importar que vaya de acuerdo o no con la opinión de los otros; puede elegir tomar acciones distintas que las de los demás solo porque así lo elige, porque para él/ella tiene valor tomarlas. Entonces deja la supervivencia y comienza a VIVIR una vida AUTÉNTICA.

Esta postura puede de ser desmoralizante en el sentido de poder pensar: Si de cualquier modo me voy a morir, qué más da, mejor no hago nada; sin embargo también nos abre la posibilidad contraria: Si de todos modos voy a morir, qué más da,  hago que mi vida sea una diferencia mientras eso ocurre.

Autenticidad, pues, no tiene que ver con abrazar la postura cómoda de decir: "Estoy en contacto con mi SER esencial, así soy y no puedo hacer nada, soy lo que soy" Por el contrario, una existencia AUTÉNTICA grita al mundo: "No tengo tiempo que perder, elijo ser quien deba ser para que mi existencia tenga sentido y cuente."


martes, 11 de junio de 2013

Yo Soy lo que Hago


Por Bernardo Villar


"estúpido es el que hace estupideces."                                          Forrest Gump

Soy lo que hago.
Y absténganse los fundamentalistas de rasgarse las ropar repitiendo como loros: ¡Noooooo! ¡Tu eres más que lo que haces!

El modo en que quien soy se muestra al mundo es a través de mis actos.

Yo soy un ser que existo en el mundo. En un contexto que ya estaba antes de mi y que va a seguir ahi después de mi. Un contexto en el cual yo ocurro, y no visceversa. Y en este contexto las cosas YA son como son, y está tan al fondo del panorama que ni siquiera me doy cuenta que está ahi y que me está usando inevitablemente.

En este contexto existe un concenso inconsciente de cómo las cosas deben ocurrir; cómo UNO (si, uno. Ya hablaremos de eso) debe actuar.

Un ejemplo sencillo de entender es que yo soy hombre y hago las cosas que un hombre hace. (que son, al final, acuerdos sociales) Uso cierto tipo de ropa, me muevo de cierto modo, hablo de cierto modo, hago pipí de pie, etc. No tengo ni que pensarlo. No despierto cada mañana pensando qué tengo que hacer para ser hombre, porque lo soy y actuo en consecuencia.

Pero tamién soy papá, y hay un acuerdo que nadie hizo que dice que un papá hace ciertas cosas y ciertas cosas no las hace. Y tengo hijos y no tengo que repasar un manual, nada mas soy padre y hago lo que un padre hace. Cuando estas soltero haces lo que el soltero hace y cuando te casas, haces lo que el casado hace. Estamos hablando de que tenemos maestría en ser como somos. Y una parte importante es lo que hacemos, el fotógrafo, para serlo debe adquirir maestría en serlo y ello se ha logrado cuando no tiene que pensar en cada cosa que hace, sino la hace con las misma naturalidad que respirar, y así el musico, y el pintor, y el ingfeniero, y el médico.

Así que, yo soy un hombre, pero también soy papá, y también soy fotógrafo, y también soy diseñador, y así, la lista es interminable, y cada una de esas cosas que sduda son son parte intrínseca de mi, así como lo es ser una posibilidad infinita.

Así, pues, me convierto en lo que hago hasta la maestría, y ello es el principio de la transformación, practicar hasta la maestría y convertirme en aquello que elijo ser, siéndolo.

lunes, 10 de junio de 2013

La flecha y el blanco - Visión

Por Bernardo Villar



Una historia sobre visión

Imagina que eres un arquero, de frente ante el blanco. Es un tiro importante, si aciertas ganarás la competencia; así que tensas la cuerda, apuntas con cuidado y.... tu tiro sale todo desviado y se clava lejos, bien lejos de la diana.

Nervioso volteas a todos lados y para tu suerte, nadie ha visto tu tiro, así que sin hacer ruido, corres hacia la flecha y a toda prisa pintas alrededor de ella un blanco. Vuelves a voltear a todos lados y nadie se ha dado cuenta, así que empiezas a gritar: "¡Le di! ¡Le di! ¡Hey, todos vean lo buen arquero que soy!  ¡He dado en el mero centro de la diana! ¡Soy el mejor!" y todos se acercan sorprendidos, te aplauden, te felicitan, te vitorean como el mejor arquero del mundo.

Solo que tu sabes que erraste el tiro.

Solo tu lo sabes.

Con eso basta.

Algunas veces tenemos una meta que para nosotros es muy importante y nos lanzamos a obtenerla. Sin embargo por alguna razón obtenemos otra cosa que, no está mal del todo... pero no es lo que queríamos. Nos contamos la historia de que esto que conseguimos era en realidad lo que queríamos, o mejor aún que lo que buscábamos y le hacemos creer a todos que conseguimos nuestra meta y que somos unos triunfadores, alardeando de haber conseguido lo que conseguimos.

... Pero nosotros sabemos que no es lo que queríamos, sabemos que nos estamos contentando con algo que no es lo que buscábamos, aquello que era tan importante para nosotros.

Tal vez esta historia te suene familiar. Tal vez no.

Lo que quiero decir es que tu visión personal debe ser tan importante que no te permita conformarte con otra cosa, que te lleve a arriesgarte a fracasar cuantas veces sea necesario hasta conseguirla, sin miedo al ridículo o a la opinión de los demás. Una visión poderosa te hará disparar flechas a la diana tantas veces como sea necesario hasta dar en el blanco en lugar de correr a la flecha y pintar el blanco alrededor.

domingo, 9 de junio de 2013

Yo Soy Perfecto

Por Bernardo Villar



Yo soy perfecto. Así como suena.

Soy como se supone que debería ser, soy una persona completa. Estoy al cien por ciento. Y por ello no implico que no me equivoque, que no pueda crecer mucho mas en muchos aspectos, no significa que mis relaciones sean totalmente satisfactorias para mi o para quienes se relacionan conmigo. No soy un santo ni un virtuoso de ningún tipo, tengo malos hábitos, tengo sobre peso, me estoy quedando calvo, me falta disciplina y no soy el tipo más popular que hay. Y sin embargo, sostengo, soy perfecto.

Y soy perfecto porque soy lo que un ser humano es: un ser con características distintas y que puede crecer hacia donde lo elija. Soy perfecto porque no soy incompleto, soy pleno y sin embargo, sigo creciendo, sigo aprendiendo. No soy perfecto si pienso en perfección como ser lo que la gente espera de mi, lo que la gente no se perdona no ser.

La perfección no implica tener el físico que en este momento histórico está de moda, ni cumplir con lo que hoy se entiendo por exitoso, o ser el tipo más simpático y popular del planeta, o cumplir con todas las expectativas posibles de todos los seres de la tierra. Eso no es ser perfecto, eso es ser imposible.

Yo soy perfecto porque no lo soy, porque me equivoco todo el tiempo, no equivocarse no es ser perfecto, es ser infalible; soy perfecto porque soy humano, porque en el mundo no hay nada que no sea perfecto. Soy perfecto igual que tu y que él y que ella; soy perfecto y estoy al 100% y mi 100% varía cada día. Ello no implica que perfecto como soy no pueda crecer y transformarme en lo que decida.

jueves, 6 de junio de 2013

No es Asunto de Magia / Ley de la atracción

Por Bernardo Villar



Qué bonito nos venden ese tan popular producto, La Ley de la Atracción: Nada más quiere algo con todas tus ganas y siéntate a esperar a que llegue...

Y yo, que me encanta la comodidad y vivo sin tomar responsabilidad de mis resultados, pues encantado. Nomás me enfoco en querer algo mucho, mucho, mucho, y ya está. El universo (todo y todos los que no sean YO) se va a encargar de darme gusto...

Pasé toda mi adolescencia enamorado de una chica. En serio, me encantaba. Pensaba todo el tiempo en ella, la dibujaba, la veía, la imaginaba todo el tiempo... me veía con ella... ya saben, todo un trabajo de visualización. Y NUNCA LE HABLÉ. -¿No se supone que no requiero tomar acción y el universo me la tenía que presentar?

Pues el universo jamás movió un dedo por darme gusto. Terminó andando con otro cuate todo el bachillerato.

Los Porsche me gustan. Pero me encantan. Me vuelven loco. Tengo fotos de ellos, me veo en ellos, sueño con ellos. ¿Que creen? El universo no me lo ha regalado.

¡Porque NO FUNCIONA ASÍ!

La visualización de las metas, tener claro qué es lo que quiero y de verdad desearlo es sin duda una parte fundamental de conseguirlo, sin embargo requiero tomar acción. Mi deseo por tener lo que quiero debe ser tan poderoso como para ponerme en marcha y ser quien daba ser y tomar las acciones que se requieran para conseguirlo. Las posibilidades de que el azar se encargue de todo existe, seguramente, aunque la probabilidad es sumamente baja. Si va a ser... ¿de quién depende? ¿De mi o del universo?

Y por supuesto habrá quien me dirá que cosas así le han pasado: querer algo desde hace mucho y de pronto conseguirlo, estar pensando en alguien y de pronto encontrártelo...

Y si, debo admitir que estas cosas de pronto pasan. Me ha pasado a mi también. Sin embargo son muchas más las veces que no me encuentro a alguien con quien quisiera platicar que aquellas que ocurren de otro modo... Y sobre todo, hagamos a un lado nuestra fascinación cultural por la magia y los milagros y pensemos: ¿de verdad no hice nada distinto por conseguir aquello que había querido durante tanto tiempo? ¿Honestamente solo me senté a esperar?

Dejar todo al universo, dios o el azar es la respuesta a todos los males de la víctima:  "Si dios quiere, iré a la fiesta", "Si los astros se alinean y de algún modo (nótese la vaguedad) me llega el dinero, compraré tal o cual cosa"... Y así tengo la mejor excusa para los resultados que no me satisfacen: "Ya estaría de dios," "No hubo suerte," "Si no llegó es que no era para mi," "Si estaba destinado para mi, algún día estaremos juntos...." "dios sabe lo que es mejor para mi... "

La distinción entre estar contento con tu vida y ser feliz pasa por el conformismo, la cobardía y la apatía disfrazadas

Mejor ponte metas y comienza a tomar acción sin parar hasta conseguirlas.

¿Tu qué piensas?

miércoles, 5 de junio de 2013

Soñar está sobrevalorado. Toma acción hoy

Por Bernardo Villar



Soñar está sobrevalorado. Está sobrevalorado porque es más fácil y cómodo soñar que crear.

Cuando hablamos de una visión, nos referimos a inventarnos de qué se va a tratar nuestra vida en algunos años, cómo va a ser, quiénes seremos. Y está perfecto tomarnos el tiempo de tenerlo claro. El tiempo de parar y ver qué hemos creado y a dónde queremos ir. El problema comienza cuando comenzamos a vivir más soñar con el futuro que en crearlo.

Y comenzamos a contarnos historias como: "cuando yo tenga dinero, podré hacer tal cosa", "cuando tenga esa relación, todo estará bien", "cuando tenga tal trabajo, estaré contento", en fin: "cuando tenga yo la vida que quiero seré feliz".

Solo que nos falta ver algo: El futuro no existe, nunca llega. El futuro es un espacio mental, no un lugar físico. La realidad es que no importa cuánto soñemos en el futuro, siempre viviremos en el presente. Por eso el futuro se vive en el presente.

¿Quiero tener la relación de mis sueños en un año? No puedo esperarme a que pase un año y vea que no la tengo. Tengo que tomar una acción hoy y relacionarme de tal modo que cree hoy el contexto en el que pueda existir tal relación. ¿Quiero tener abundancia económica en el futuro? Puedo sentarme a soñar con ella y esperar que algo mágico la atraiga a mi o puedo comenzar a tomar acción creando un contexto de abundancia con acciones que lo apoyen; ¿qué tiene mayor posibilidades de funcionar?

El futuro nunca llegará, estamos condenados a vivir ahora y es solo ahora cuando podemos crear lo que nos inventamos en ese sueño. Si quiero ser sano en un año, es ahora cuando debo crear un estilo de vida sano, si quiero tener abundancia en un año, requiero ser abundante ya.

O bien, sentarme a ver como los demás crean su sueño mientras yo me quedo esperando que algo mágico pase.

¿Tu qué piensas?



martes, 4 de junio de 2013

Yo soy responsable.

Por Bernardo Villar




Yo soy responsable de todo lo que pasa en el mundo. ¿Soy responsable del hambre en el mundo? ¿Soy yo la causa de la violencia? ¿Soy responsable del sufrimiento a mi alrededor? Claramente mi participación en el mundo no hace ni hará un cambio la mayor parte de las veces, sin embargo, yo digo: soy responsable de todo lo que ocurre en el mundo.

¿Es esto literalmente cierto? No. ¿Entonces? Es una postura que elijo tomar como plataforma desde la cual actuar. Una postura que me confiere poder.

En transformación hacemos una distinción básica: Víctima es aquella persona que no tiene control sobre lo que le ocurre, las circunstancias son mas grandes que ella y por lo tanto su vida deriva sin control hacia donde su mundo lo lleve. Una víctima es el resultado de las circunstancias.  Por el contrario, una persona Responsable es fuente de todo lo que ocurre a su alrededor, está en control de sus resultados. Una persona responsable no espera que las cosas pasen, sino que toma una acción encaminada a causarlas.

Los resultados de una víctima tienen que ver con el azar, con lo que otros deciden hacer o no. Lo llamamos víctima porque permite que su universo actúe sobre él sin ningún control, conformándose con lo que otros han decidido darle.

En esta distinción la antítesis de víctima no es victimario. Un victimario en este caso decidiría sobre la víctima y haría con élla lo que tuviera a bien decidir. Por el contrario, la antítesis de la víctima es Responsable.

Una persona responsable no espera a ver lo que el mundo tiene para ella, sino que se lanza y crea lo que quiere en su mundo. Toma acción y afronta cualquier consecuencia que ellas puedan traer. Una persona responsable crea el mundo; una víctima es creada por el mundo.

Esa es la postura que elijo tomar.

¿De verdad ninguna circunstancia afectará a una persona responsable? Por supuesto que no. Habrá factores que de cualquier modo condicionen sus resultados, factores ante los cuales no tiene un control real. Sin embargo, tomar una postura de indefensión me alejará aún mas de mis sueños. Digo que soy responsable porque puedo hacer algo, por poco o mucho que esto sea, para causar mis resultados. Es solo una postura y lo se, sin embargo, elijo tomarla no importa qué porque me confiere poder.

Algunas veces parece mágico cómo las cosas parecen darse, sin embargo la magia no tiene lugar en la transformación. Las cosas se dan porque alguna acción se ha hecho, porque he tomado una postura diferente y por eso mis resultados son diferentes. La causa no son solo los deseos de que las cosas pasen, sino las acciones que tomamos para que ocurran. 


"Por eso un hombre de conocimiento elige un camino con corazón y lo sigue: y luego mira y se regocija y ríe, y luego ve y sabe. Sabe que su vida se acabara en un abrir y cerrar de ojos; sabe que el, así como todos los demás, no va a ninguna parte; sabe, porque ve, que nada es mas importante que lo demás. En otras palabras, un hombre de conocimiento no tiene honor, ni dignidad, ni familia, ni nombre, ni tierra, solo tiene vida que vivir, y en tal condición su única liga con sus semejantes es su desatino controlado. Así, un hombre de conocimiento se esfuerza, y suda, y resuella, y si uno lo mira es como cualquier hombre común, excepto que el desatino de su vida esta bajo control. Como nada le importa mas que nada, un hombre de conocimiento escoge cualquier acto, y lo actúa como si le importara. Su desatino controlado lo lleva a decir que lo que el hace importa y lo lleva a actuar como si importara, y sin embargo el sabe que no importa; de modo que, cuando completa sus actos se retira en paz, sin pena ni cuidado de que sus actos fueran buenos o malos, o tuvieran efecto o no.“Por otro lado, un hombre de conocimiento puede preferir quedarse totalmente impasible y no actuar jamás, y comportarse como si el ser impasible le importara de verdad; también en eso será genuino y justo, porque eso es también su desatino controlado”.
                                                                                               Carlos Castaneda